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Cambio Climático (página 2)



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HISTORIA SOBRE LA TEORÍA DEL CALENTAMIENTO
GLOBAL

En 1896 el científico sueco Svante Arrhenius
(1859-1927) fue el primero en proclamar que los combustibles
fósiles podrían dar lugar o acelerar el
calentamiento de la tierra.
Estableció una relación entre concentraciones de
dióxido de carbono
atmosférico y temperatura.
También determino que la media de la temperatura
superficial de la tierra es de
15oC debido a la capacidad de absorción de la
radiación
infrarroja del vapor de agua y el
dióxido de carbono. Esto se denomina el efecto
invernadero natural. Arrhenius sugirió que una
concentración doble de gases de
CO2 provocaría un aumento de temperatura de
5oC. Él junto con Thomas Chamberlin
calculó que las actividades humanas podrían
provocar el aumento de la temperatura mediante la adición
de dióxido de carbono a la atmósfera. Esta
investigación se llevó a cabo en la
línea de una investigación principal sobre si el
dióxido de carbono pudiese explicar los procesos de
hielo y deshielo (grandes glaciaciones) en la Tierra. Ésto
no se verificó hasta 1987.

Después de los descubrimientos de Arrhenius y
Chamberlin se olvidó el tema durante un tiempo. En
este tiempo se pensaba que la influencia de las actividades
humanas eran insignificantes comparadas con las fuerzas
naturales, como la actividad solar, movimientos circulatorios en
el océano. Además, se pensaba que los
océanos eran grandes captadores o sumideros de
carbón que cancelarían automáticamente
la
contaminación producida por el hombre. El
vapor de agua se consideraba un gas invernadero
con mayor influencia.

En 1940 se produjeron desarrollos en las mediciones de
radiaciones de onda larga mediante espectroscopia de infrarrojo.
En este momento se comprobó que el aumento del
dióxido de carbono en la atmósfera provoca una
mayor absorción de radiación infrarroja.
También se comprobó que el vapor de agua absorbe
radiaciones diferentes que el dióxido de carbono. Gilbert
Plass resume estos resultados en el año 1955. Él
concluye en que la adición de dióxido de carbono a
la atmósfera capta la radiación infrarroja que se
perdería en la atmósfera externa y al espacio,
provocando un sobrecalentamiento de la Tierra.

El argumento que los océanos absorberían
la mayoría del dióxido de carbono permanecía
intacta. Sin embargo, en 1950 se encontró evidencia
suficiente que el dióxido de carbono tenía una vida
en la atmósfera de 10 años. Además, no se
conocía todavía que pasaría a una
molécula de dióxido de carbono cuando se disuelve
en el océano. Podría ser que la capacidad de
retención de dióxido de carbono por los
océanos fuera limitada, o el dióxido de carbono se
liberara de nuevo a la atmósfera después de
algún tiempo. Se llevó a cabo una
investigación que demostraría que los
océanos no eran sumideros de carbono para todo el
CO2 atmosférico. Sólo un tercio del
CO2 antropogénico puede ser retenido por los
océanos.

En los años finales de la década de los
cincuenta y principio de 1960, Charles Keeling usaba la tecnología más
avanzada para producir curvas de concentración de
CO2 atmosférico en la Antártica y Mauna Loa. Dichas curvas han
sido uno de las señales
y pruebas
mayores sobre el calentamiento de la tierra. Las curvas muestran
una tendencia de disminución de las temperaturas
registradas entre los años 1940 a  1970. Al mismo
tiempo investigación sobre los sedimentos oceánicos
muestra que ha
existido no menos de 32 ciclos de calor-frío en los últimos 2,5
millones de años en lugar de solo cuatro como se pensaba.
De esta manera, comienza la alarma de que una nueva edad de hielo
se aproxime. Los medios de
comunicación y muchos científicos ignoraron los
datos
científicos de entre 1950 y 1960 en favor de un
enfriamiento global.

En los años 1980, finalmente, la curva de
temperatura media anual global comienza a aumentar. La gente
comienza a cuestionar la teoría
de una edad de hielo. En los años 1980 la curva comienza a
mostrar aumentos de la temperatura global tan intensos que la
teoría sobre calentamiento global comienza a ganar
terreno. Las ONG
medioambientales (Organizaciones No
Gubernamentales) comienzan a establecer la necesidad de
protección global del medio ambiente
para prevenir un calentamiento
global de la Tierra. La prensa comienza a
intervenir y pronto se convierte en primeras noticias a
escala global. Se
publican fotos de chineas
humantes al lado de fotos de capas de hielo derretidas o desastres
naturales como inundaciones. Tan fuerte fue el poder de los
medios de
comunicación que crean una presión
social que comienza a calar en la gente, sobre el cambio
climático e impactos negativos. Stephen Schneider predijo
por primera vez el calentamiento global en el año 1976.
Esto le convirtió en el mayor experto y líder
con relación al calentamiento global.

En 1988 se reconoce finalmente que el clima es
más caliente que antes de 1880. Se reconoció la
teoría del efecto invernadero y se estableció el
Panel Intergubernamental sobre el cambio climático (IPCC)
por el Programa
medioambiental de las Naciones Unidad y la
Organización Mundial Meteorológica. El
propósito de esta organización es predecir el impacto de los
gases de efecto invernadero teniendo en cuenta modelos
previstos sobre el clima e información bibliográfica. El Panel
consiste en mas de 2500 científicos y expertos
técnicos de mas de 60 países de todo el mundo. Los
científicos pertenecen a distintos campos de
investigación como climatología, ecología, economía, medicina y
oceanografía. El IPCC se reconoce como el grupo de
cooperación científica pionero más grande de
la historia. El IPCC
informa sobre el cambio climático mediante informes en
1992, 1996, 2001 y la versión más reciente en enero
de 2007.

En los años noventa  los científicos
comienzan a cuestionarse nuevamente la teoría de efecto
invernadero, debido a datos no fiables en la información y
los modelos que se están publicando. Se empieza a
cuestionar la base científica de la teoría, por ser
datos relativos a la temperatura global media. Se cree que las
mediciones llevadas a cabo no eran correctas y que se
omitía los datos sobre el papel de los océanos. Las
tendencias o periodos de enfriamiento no se explicaban con estos
datos sobre el calentamiento global y los satélites
muestran record de temperatura diferentes de las establecidas en
un principio. Comienza a dar importancia a la idea de que los
modelos de calentamiento global han sido sobrestimados con
relación a la tendencia de calentamiento de los
últimos 100 años. Esto causo que el IPCC revisara
los datos y relaciones establecidas desde un principio, pero esto
no les hizo reaccionar reconsiderando si la tendencia al
calentamiento global existe realmente o no. Actualmente es bien
sabido que 1998 fue el año más cálido
registrado, seguido de 1990, 1991, 1994, 1997, 2000, 2002, 2003,
2005 y 2006; por lo que los 10 años más calientes
han sido registrados desde 1990.

Los registros sobre
el clima de la IPCC son debatidos todavía por muchos
científicos, dando lugar a nuevos proyectos de
investigación y respuestas de reacción a los
escépticos del IPCC. Esta discusión sobre el cambio
climático continuó hoy en día y la
información es constantemente revisada y renovada. Los
modelos se debaten, adaptan y actualizan con nuevas teorías
de forma continua.

Por ahora no existen demasiadas medidas referente al
cambio climático. Esto se debe a la incertidumbre que
existe sobre la teoría del cambio climático. Pero
el cambio climático es un problema global y difícil
de resolver por los países de manera individual. Por esto,
en 1998 se estableció el protocolo de
Kyoto en Kyoto, Japón.
Este es un instrumento para la participación de todos los
países firmantes para reducir las emisiones de gases
invernadero como (CO2, CH4, N2O,
hidroflurocarbonados, perfluorocarbonados, y SF6) al
menos 5,2% por debajo de los niveles de 1990 en el periodo de
servicio de
2008 al 2012. El protocolo de Kyoto fue firmado en Bonn (Alemania) en
el año 2001 por 186 países. Sin embargo Estados Unidos,
el mayor emisor del mundo de gases de invernadero por un lado, y
Rusia por
otro, no lo han ratificado, y sólo prometen adoptar
medidas paleatorias no forzadas. Aunque en Estados Unidos varios
estados han decidido adoptarlo por su cuenta. El protocolo es
insuficiente, ya que les reconoce a las naciones en desarrollo,
entre los cuales están China e
India, el
derecho a incrementar sus emisiones. Los países del sur
del Río Bravo (Latinoamérica), también caen dentro
de los que pueden aumentar sus emisiones hasta un límite
prefijado.

Desde 1998 en adelante la terminología sobre el
efecto invernadero empieza a cambiar como resultado de los
medios de
comunicación. El efecto invernadero como
término se empieza a usar cada vez con menos frecuencia
como teoría y las personas comienzan a referirse a la
teoría como calentamiento global o cambio
climático.

EL EFECTO INVERNADERO

El Efecto Invernadero es un fenómeno
atmosférico producido por algunos gases presentes en la
atmósfera que permite mantener la temperatura del planeta
al retener parte de la energía proveniente del Sol. Sin
este fenómeno natural se estima que la Tierra
presentaría fluctuaciones climáticas que
resultarían intolerables para la vida,
registrándose 80ºC de día y –130ºC
por la noche, con una temperatura media de -18ºC; en vez de
los actuales 15ºC.

La energía que emite el Sol se
encuentra constituida por radiación ultravioleta,
infrarroja y luz visible.
Cerca del 30% de la energía proveniente del Sol, que
está constituida por radiación ultravioleta e
infrarroja, es dispersada de manera inmediata y vuelve al
espacio. Pero la atmósfera no supone obstáculo
alguno para la radiación solar de onda corta. Es por ello
que el 70% de la energía que llega desde el Sol, compuesta
por luz visible, es absorbida en un 33% por componentes
atmosféricos (como el aire, el polvo o
las nubes) y el restante 66% la atraviesa hasta llegar a la
superficie terrestre.

La energía que llega a la superficie de la Tierra
(que representa un 46% del total de la energía
solar que intercepta el planeta) es absorbida en un 70%. El
restante 30% es reflejado y emitida hacia el espacio en forma de
radiación infrarroja (efecto que se conoce con el nombre
de "albedo"). Pero la presencia de los gases de efecto
invernadero absorben y produce la reflexión de una
porción de estos rayos, que son retransmitidos a la
superficie terrestre:

  (1)

De esta manera, pérdida efectiva de calor se vea
disminuida y como consecuencia hay una gran cantidad de
energía retenida entre la atmósfera y la superficie
de la Tierra. Este efecto de calentamiento es la base de las
teorías relacionadas con el calentamiento
global.

Gases de efecto invernadero

Los gases de efecto invernadero son aquellos que tienen
la propiedad de
absorber y reflejar la radiación infrarroja y,
consecuentemente, aumenta la cantidad de calor que retiene la
Tierra. Los gases de invernadero más conocidos
son:

Dióxido de carbono
(CO2)

El dióxido de carbono es actualmente responsable
de más del 54% del efecto "ampliado" de invernadero. Este
gas se da naturalmente en la atmósfera, pero la combustión de carbón, petróleo y gas natural
está liberando el carbono almacenado en estos
"combustibles fósiles" a una velocidad sin
precedentes. Análogamente, la deforestación libera el carbono almacenado
en los árboles. Las emisiones anuales actuales
ascienden a más de 7,7 mil millones de toneladas
métricas de dióxido de carbono, o sea, casi el 1%
de la masa total de dióxido de carbono de la
atmósfera. El 75% del CO2 emitido a la atmósfera
por el hombre se debe
a la combustión de combustibles fósiles
(energía y transporte
principalmente) y en un 25% a cambios de usos del suelo y
deforestación.

El dióxido de carbono producido por la actividad
humana penetra en el ciclo natural del carbono. Cada año,
se intercambian de forma natural muchos miles de millones de
toneladas de carbono entre la atmósfera, los
océanos y la vegetación terrestre. Los intercambios en
este sistema natural
masivo y complejo están equilibrados con precisión;
los niveles de dióxido de carbono atmosférico
parecen haber variado en menos del 10% durante los 10.000
años que precedieron a la industrialización. Sin
embargo, en los 200 años que siguieron a 1800 la
concentración aumentado de 282ppm a 380ppm, lo que supone
un 36% de aumento. Aún cuando la mitad de las emisiones de
dióxido de carbono producidas por la actividad humana es
absorbida por los océanos y la vegetación
terrestre, los niveles atmosféricos siguen aumentado, y
desde 1900 hasta la actualidad su concentración a
aumentado en 82ppm, lo que supone un crecimiento de 29% en poco
más de 100 años.

La situación aun presenta otro inconveniente, si
se considera que el dióxido de carbono en la
atmósfera se estima que permanece de 100 a 300
años, por lo cual, aunque las emisiones se detuvieran
ahora mismo, las concentraciones de CO2 no disminuirán ,
sino que se mantendrán estables por lo menos algo
más de un siglo.

Metano (CH4)

El metano de las
emisiones pasadas actualmente contribuye en un 12% al efecto
ampliado de invernadero. El rápido aumento del metano
comenzó más recientemente que el del dióxido
de carbono, pero la contribución del metano se le ha ido
poniendo a la par rápidamente, estimándose que su
concentración atmosférica se incrementó en
un 100%. Sin embargo, el metano tiene un tiempo de vida
atmosférico efectivo de sólo 7-10 años,
mientras que el dióxido de carbono persiste durante un
periodo mucho más prolongado.

Para tener en cuenta las diferencias en la
absorción del calor entre los gases, se ha introducido el
concepto de
calentamiento global potencial, en el que todos los gases se
comparan con el CO2, que tiene un potencial de
calentamiento global de 1; pero el metano tiene un potencial de
absorción 23 veces mayor al del dióxido de carbono,
por lo que concentraciones menores de este gas contribuyen
igualmente de manera considerable al calentamiento
global.

El metano proviene principalmente de las actividades
ganaderas, pantanos, digestión de los seres vivos, la
biomasa (materia viva),
los arrozales, los escapes de la gasolina y la industria
minera.

Oxido Nitroso (NO2)

Los niveles de óxido nitroso se han elevado en un
15%, principalmente debido a una agricultura
más intensiva, además la deforestación y la
combustión de combustibles fósiles. El óxido
nitroso es 296 veces más eficiente absorbiendo calor que
el CO2. Su contribución al efecto invernadero
se estima en un 6%, y su vida alcanza los 140-190
años.

Clorofluorocarbonos (CFC´s)

Los clorofluorocarbonos (compuestos del flúor)
fueron usados durante largo tiempo como refrigerantes y
propelentes en los aerosoles, también en sistemas de
aire
acondicionado y espumas plásticas. Contribuyen al 7%
del efecto invernadero y permanecen 65-110 años en la
atmósfera.

Ozono (O3)

El ozono es un estado
alotrópico de los átomos de oxígeno, por lo que tiene propiedades
químicas y físicas diferentes. La más
importante de ellas tal vez resida en que presente en
pequeñas concentraciones en la atmósfera puede
reflejar una gran proporción de los rayos ultravioletas
que se dirigen a la Tierra. Sin embargo, también
contribuye al efecto invernadero al retener los rayos infrarrojos
que escapan del planeta, su contribución al efecto
invernadero es del 12%.

RELACIÓN ENTRE TEMPERATURA Y
CO2

Para entender mejor el calentamiento global es favorable
analizar como se han desempeñado las temperaturas a lo
largo de la historia, comparar esas magnitudes con las
manifestadas durante los últimos años, las
fluctuaciones que presentan, los patrones que se desarrollan,
observar si se ha producido un aumento exponencial como el
presente; y mejor aun, comparar las tendencias térmicas
con las variaciones en la concentración de CO2
atmosférico, para intentar comprobar que este
último influye directamente en la temperatura
global.

Hace pocos años se publicó un
gráfico que compara las temperaturas y las
correspondientes concentraciones de CO2 durante los
últimos 425.000 años. Estos datos fueron obtenidos
del análisis del hielo antártico. Ocurre
que cuando la nieve cae atrapa pequeñas burbujas de aire
que quedan encapsuladas en el hielo y ofrecen una muestra
representativa de la atmósfera en el pasado. De esta
manera, se evalúa la concentración de
CO2; y mediante el análisis de las
concentraciones presentes de los tres isótopos del
oxígeno (oxígeno 16, oxígeno 17 y
oxígeno 18), se puede establecer la temperatura que
presentaba la Tierra.

Durante la mayor parte de los últimos 425.000
años (excepto los últimos 150 años), la
concentración de CO2 ha variado entre 180 ppm y 280 ppm;
pero el valor actual
es de 380 ppm, y se prevé que si no se realiza
ningún esfuerzo por reducir las emisiones, para el 2040 la
concentración de CO2 se habrá
duplicado.

 (2)

Resultado del sondeo de
hielo de Vostok (Antártida). Completado con datos de
concentración de CO2 de Law Dome y de Mauna
Loa (Hawai).

El gráfico anterior tiene múltiples
detalles que convienen entender para comprender la
relación entre el CO2 y la temperatura, y
concluir si el aumento del CO2 actual pudo haber
originado la tendencia de aumento de la temperatura y
ocasionaría potenciales aumentos en el futuro:

Cuando la concentración estuvo en su
máximo, el mundo era más cálido que en la
actualidad; mientras que cuando la concentración estuvo en
sus puntos más bajos, se correspondieron con las
temperaturas más bajas registradas. Esto evidencia que
existe al menos algún tipo de relación directa o
indirecta entre ambas variables.

La realidad es que existe una estrecha relación
recíproca entre la temperatura global promedio y la
concentración de CO2. Es evidente que un
aumento o descenso de la concentración de CO2
afectará a la temperatura, debido a que este gas regula en
gran medida con que intensidad se manifestará el efecto
invernadero. Por otro lado, la concentración de
CO2 atmosférico es influida por la temperatura;
esto se debe a que existe un intercambio permanente de
CO2 entre la atmósfera y los océanos.
Una razón fundamental del descenso del CO2
atmosférico es que a medida que las temperaturas bajan los
océanos más fríos disuelven más
CO2. Pero el gas se disuelve y también es
liberado en la atmósfera, por eso un aumento de la
temperatura disminuye la capacidad del océano de retener
al CO2 y este escapa a la atmósfera.

Aunque una disminución de la concentración
de CO2 provocaría el descenso de la
temperatura, en ocasiones las reducciones de CO2
atmosférico a lo largo de la historia no empiezan hasta
después de que se haya iniciado un periodo de
enfriamiento; mientras que cuando el clima se está
calentando, se libera más CO2 a la
atmósfera, aumentando aún más las
temperaturas globales. Esto se denomina bucle de respuesta
positiva. Entonces, al finalizar una edad de hielo, las
concentraciones permanecen bajas durante algún tiempo
hasta el período de calentamiento. Pero a medida que el
clima se enfría, la concentración de CO2
disminuye y esto tiene un mayor efecto de enfriamiento. Esto
significa que no siempre los cambios de CO2 no pueden
ser el motor que inicia
estos importantes cambios climáticos.

Ahora, si sabemos que la temperatura actual de la Tierra
está sólo 3ºC por debajo de los registros
máximos, según el gráfico anterior, no
resultaría lógico que la concentración de
CO2 atmosférico siga creciendo alcanzando
niveles aun no observados y creando la potencialidad de
experimentar temperaturas que se correspondan a dichos niveles.
Pero hay que considerar un factor que es el que está
originando estos cambios irracionales para la naturaleza de
los últimos 425.000 años: las actuales 7,7
toneladas métricas de CO2 anuales emitidas por
las actividades humanas posteriores a la Revolución
Industrial, como la quema de combustibles fósiles, la tala
de árboles y el uso indiscriminado de los suelos.

Para observar con mayor claridad la relación
entre la temperatura y el CO2 atmosférico
podemos analizar su evolución durante el último milenio
en el siguiente gráfico:

 (3)

Nuevamente las correspondencias entre ambos son muy
claras. Se puede observar que el actual aumento de la temperatura
es precedido por un crecimiento exponencial del CO2
atmosférico que comienza a manifestarse en el momento
exacto cuando comienza la Revolución
Industrial, a finales del siglo XVIII. Esto resulta otra
evidencia de que la responsabilidad del cambio climático reside
en las actividades industriales humanas que liberan
CO2.

CAMBIO CLIMÁTICO EN LA
ACTUALIDAD

Actualmente el calentamiento global y el cambio
climático que lo prosigue se manifiestan de diversas
maneras, ya sea en las características climáticas o
geográficas, o en los ciclos biológicos y
comportamientos de los ecosistemas. A
continuación se presentarán situaciones que
evidencian el calentamiento global y hacen especular sobre cuales
serán las consecuencias en el futuro.

Las temperaturas

Si bien a lo largo de los últimos 120
años, que es donde se tiene registros, la temperatura a
ascendido y descendido en reiteradas ocasiones, la tendencia es
clara y en el gráfico siguiente nos habla de un aumento de
0,6ºC en poco más de un siglo. La temperatura media
global se estima en este momento en 14,5ºC.

 (4)

Si observamos el progreso de las temperaturas durante
las últimas dos décadas el patrón es difuso
pero la tendencia se mantiene. De hecho los 10 años
más calientes registrados hasta el momento han ocurrido en
los últimos 17 años, siendo 1998 el más
cálido registrado.

 (5)

En el cuadro anterior se ve reflejado un aspecto curioso
que demuestra la fragilidad del clima mundial, la influencia de
las concentraciones de CO2 sobre la temperatura y como
las plantas ayudan a
disminuir estas concentraciones. Ocurre que cada año
presenta valores
máximos de temperatura en los meses de calor del
hemisferio norte, mientras que los picos anuales más bajos
se encuentran en los meses más fríos del mismo
hemisferio. Las plantas verdes desarrollan en los meses
cálidos el proceso de
fotosíntesis, debido a que sólo en
esta época tienen hojas; donde utilizan CO2 y
energía solar para producir hidratos de carbono y liberar
oxígeno. En consecuencia, las plantas verdes disminuyen
levemente los niveles de CO2 atmosférico y
consecuentemente el efecto invernadero, lo que induce al descenso
de las temperaturas.

Además del aumento de la temperatura a escala
global, en el siguiente cuadro se observa que en muy pocas
regiones oceánicas la temperatura a disminuido, mientras
que en las grandes masas continentales del hemisferio norte como
Eurasia y Norteamérica se han registrado los
máximos incrementos.

 (6)

Durante la última década, se han
triplicado en el mundo las catástrofes naturales debidas
al clima con respecto a la década de los 60, y en 2005 se
produjo un récord de huracanes: 15, tres más que en
el último registro,
establecido en 1969. En Japón el máximo fue de 7
tifones en un año, pero en 2004 hubo 10 tifones. Mientras
que ese mismo año hubo un huracán en Brasil, cuando
antes se creía que era imposible la formación de
uno en América
del Sur.

Los últimos estudios sugieren que hay un
vínculo entre la intensidad del huracán y el
calentamiento global. Estos indican que una mayor temperatura en
los océanos produce mayor humedad en la atmósfera,
lo que induce a un aumento proporcional en la velocidad y
magnitud de los huracanes.

Fusión de grandes masas de
hielo

El recalentamiento global producido por la contaminación
atmosférica de gases de invernadero
antropogénicos está derritiendo los hielos de la
Antártida y Groenlandia de manera que alarma a los
científicos, aunque era algo previsto. Lo grave es que el
proceso es más rápido de lo que se pensaba y debe
esperarse para muy pronto el alza del nivel del mar en cantidades
significativas.

Gran parte de la Antártica y Groenlandia
está rodeada por barreras de hielo flotantes, que
están siendo afectadas por el aumento de la temperatura
del mar, y adelgazándose rápidamente. Estas
barreras hacen de soporte para los glaciares que cubren estos
continentes polares, cuando esas barreras desaparecen, derretidas
por el alza en la temperatura del mar generada a su vez por el
calentamiento global, los glaciares aumentan su velocidad de
caída y se precipitan al mar antes de lo usual,
derritiéndose a su vez.

Los investigadores de la NASA han publicado
recientemente un informe en la
revista
Science, donde describen los cambios medidos en el grosor de las
capas de hielos basándose en los avances técnicos y
en las observaciones realizadas durante la década pasada.
Estos sentenciaron:

"Las capas de hielo polar están cambiando en una
escala de tiempo relativamente corta, esto es en décadas
en lugar de miles de años. Las más precisas
mediciones actuales nos dicen que los cambios a gran escala son
generalizados". "Estas observaciones van contra el modelo
aceptado sobre las capas de hielo, que careciendo de las
capacidades observacionales modernas, se basaban generalmente en
presunciones de estado estacionario". "Las capas de hielos de la
Antártica y Groenlandia juntas, contienen agua, en forma
de hielo, suficiente como para hacer subir el nivel del mar en 70
metros". "El mar sube (actualmente) de nivel a razón de
1,8 milímetros por año impactando la
circulación del océano y el clima. En épocas
pasadas de deglaciación rápida, el derretimiento de
las capas de hielo hizo subir el nivel del mar a una velocidad
mayor que hoy. Esta es la amenaza real de las capas de
hielo".

Las personas que investigan la dinámica de las masas de hielo terrestres
siempre han creído que ante un incremento sostenido de la
temperatura media global, las masas de hielo no polar (glaciares
de montaña) responderían rápidamente,
reduciendo su volumen en apenas
unas décadas. La respuesta de las masas de hielo polar,
sin embargo, sería mucho más lenta. Pero la
predicción a fallado parcialmente, ya que los casquetes
polares también responden rápidamente.

Durante las últimas décadas la
evolución de los casquetes polares se ha seguido de una
forma mucho más precisa debido a la disponibilidad de
imágenes de satélite con mayor
resolución espacial y a la mejora de las técnicas
de análisis de las mismas. Cada vez se conocen más
detalles acerca de lo que está pasando en las masas de
hielo polar continentales (principalmente la Antártida y
Groenlandia) y oceánicas (Océano glacial
ártico) debido al incremento de temperaturas de las
últimas décadas, y cuanto más se sabe sobre
los casquetes polares, más certezas se tienen de que,
aunque su retroceso está siendo más lento que el de
los glaciares de montaña, también está
siendo más rápido de lo que se
suponía.

La Antártida

La gran masa de hielo continental que cubre la
Antártida ha experimentado variaciones muy diferentes en
su zona oriental y occidental. La enorme placa de hielo de la
Antártida Oriental ha ganado 25 Gt de hielo por
año, pero, incluso aquí, existen dos glaciares,
("Totten" y "Cook"), cuya superficie ha disminuido (5 y 2,4 km3
al año respectivamente). Por el contrario, la placa de
hielo de la Antártida Occidental ha perdido 50 Gt de hielo
por año. El sector de la misma correspondiente al glaciar
"Pine Island" retrocedió 1,2 Km y disminuyó su
grosor 1,6 m por año entre 1990 y 2000, lo que ha causado
una "dulcificación" del agua del cercano Mar de
Ross.

Este par de fotos satelitales de la península
antártica tomadas en 1986 y 2002 son muy
elocuentes:

  (7)

En un lapso de 16 años esta región
antártica a perdido más del 30% de su masa de
hielo.

Es interesante destacar que, aunque la mayor parte de
los glaciares de la Antártida que están
retrocediendo están situados sobre el agua, las
pérdidas de hielo en el borde exterior oceánico de
los glaciares han provocado una aceleración en el flujo de
hielo de la parte interior, situada sobre el continente, en
dirección hacia el océano, lo que
hace que puedan registrarse avances futuros en el glaciar que no
suponen un aumento de la masa de hielo total.

Groenlandia

Entre los años 1990 y 2006, la masa de hielo
continental situada sobre esta isla ha perdido 100 Gt de hielo al
año. En el periodo 2000-2004 los dos glaciares mayores de
Groenlandia, el "Helheim" y el "Kangerdlugssuaq", aumentaron su
descarga de hielo en el océano, experimentando un gran
retroceso. Sin embargo, al mismo tiempo que retrocedían,
disminuía su grosor y aumentaba la velocidad del flujo del
hielo desde el continente al océano en el interior de los
mismos. Esto terminó provocando un avance de su borde
exterior oceánico, que en 2006 se encontraba en una
posición muy similar a la de 2000. Este avance, al igual
que en la Antártida, resultaba engañoso, puesto que
lejos de suponer un incremento en la masa de hielo del glaciar,
no era sino una respuesta a la pérdida de hielo en el
borde exterior oceánico del mismo. No hay que olvidar que,
aunque parezca que no lo hacen, los glaciares se mueven. Un
glaciar es en realidad un lentísimo "río de hielo"
y, según pierde hielo, su borde exterior tiende a
expandirse. Se estima que si estos cambios en los glaciares de
Groenlandia son el resultado de los cálidos veranos
recientes, un calentamiento continuado durante las
próximas décadas podría causar un enorme
retroceso en los glaciares de la isla.

El derretimiento de la masa de hielo de Groenlandia
durante el verano es cada vez mayor y se está extendiendo.
El derretimiento provoca la formación de grandes lagunas
en la superficie de los glaciares y el agua de estas se cuela por
las grietas existentes en la masa de hielo hasta alcanzar el
lecho del glaciar. La presencia de una mayor cantidad de agua en
esta zona acelera (aún más) el flujo de hielo en
dirección al océano.

Los datos obtenidos por los satélites muestran
que el hielo de Groenlandia se está derritiendo y se
transvasa al océano a un ritmo cada vez más
rápido. En 1996 esta cantidad de agua alcanzó los
90 kilómetros cúbicos, mientras que en 2005
ascendió a 220, un aumento de 245%. Para entender estas
cifras, basta saber que un kilómetro cúbico de agua
es un 58% más de lo que consume toda la ciudad de Londres
en un año con sus más de 7 millones de
habitantes.

El Océano Glacial Ártico

A diferencia de la Antártida y Groenlandia, la
masa de hielo existente sobre el Océano Glacial
Ártico no se sitúa sobre continente alguno, por lo
que el derretimiento de la misma no supone cambios apreciables en
el nivel del mar, aunque sí resulta indicativo del aumento
de la temperatura media global. Es importante señalar que
la extensión de los hielos en el Océano Glacial
Ártico no es la misma, sino que varía entre los
distintos meses del año, alcanzando una superficie
máxima en marzo (al final del invierno) y una superficie
mínima en septiembre (al final del verano).

En las últimas décadas, el área
helada del Océano Glacial Ártico, en el Polo Norte, se
ha reducido un 10%, mientras que el grosor de la capa de hielo
del Ártico se ha reducido en un 40% en sólo 40
años.

A partir de imágenes de satélite, se han
estudiado los cambios en la extensión de la masa de hielo
del Océano Glacial Ártico, mes a mes, entre los
años 1979 y 2006, y se ha encontrado que durante este
periodo, en cada uno de los meses del año, la
extensión del hielo ha ido siendo cada vez menor
año tras año. La menor extensión se
alcanzó en septiembre de 2005. En este mes los hielos
ocuparon 5,56 millones de km2, lo que resulta una
extensión un 21% menor respecto a la extensión
media de los hielos para ese mismo mes entre los años
1979-2000.

Los hielos del Océano Glacial Ártico han
reducido su extensión debido al gran aumento que ha
sufrido la temperatura superficial del aire en esta zona en cada
uno de los meses del año (especialmente en primavera), y a
los cambios que han tenido lugar en los patrones de
circulación atmosférica y oceánica durante
el periodo 1979-2006.

La transición hacia un Océano Glacial
Ártico libre de hielo durante el siglo XXI debido al
calentamiento global parece cada vez más posible. Las
incertidumbres, en todo caso, versan sobre el momento concreto en el
que esto ocurrirá, en cuan rápida será esta
transición y en que impactos provocará este "nuevo
estado" en el Ártico y en el resto del globo.

Glaciares no polares

Se calcula que nueve de cada diez glaciares en todo el
mundo se están derritiendo, y se estima que el 75% de los
glaciares de los Alpes suizos haya desaparecido en 2050. Vasta
con ver la cima del monte Kilimanjaro (Tanzania, África)
ubicado en el lado oriental de África, es la cima
más alta del continente con 5.895m, e
históricamente a estado cubierta por una gran cantidad de
nieve.

 (8) (9)

Pero en los últimos años el 82% de esa
nieve a desaparecido. Se predice que para el 2020 las nieves que
cubren al Kilimanjaro desaparecerán
definitivamente.

Las regiones polares del planeta se están
calentando mucho más rápido de lo que se esperaba,
así Alaska es ahora 6 grados Centígrados más
cálida que hace 35 años. Al descongelarse el polo
norte, la turbera enterrada en la tundra se pudre, liberando
dióxido de carbono, lo cual acentúa el efecto
invernadero y produce mayor calentamiento el cual a su vez
incrementa la putrefacción y la liberación de
dióxido de carbono. La tundra ártica ha sido un
deposito de carbono durante los últimos 9000 años,
sin producir emisiones, hasta 1982. El gas metano de la
putrefacción de la tundra es 20 veces más potente
que el dióxido de carbono en crear el efecto
invernadero.

Las temperaturas promedio del verano Antártico
han aumentado 2,5 grados Centígrados desde
1940.

Las plataformas de hielo a lo largo de la costa de la
Península Antártica han venido rompiéndose
perdiendo 7000 kilómetros cuadrados recientemente (50
años).

Groenlandia, el segundo glaciar más grande del
mundo, adelgaza su capa de hielo aproximadamente un metro por
año. Hoy día los submarinos nucleares pueden
emerger a la superficie perforando la capa de hielo
Ártico, sabiendo que sólo pueden emerger en zonas
donde el hielo tiene un grosor menor a un
metro.  

Otro gran problema que supone la pérdida de los
casquetes polares está relacionado con el albedo,
fenómeno en el cual la superficie terrestre refleja los
rayos solares sin absorberlos y devolviéndolos al espacio.
El hielo tiene un gran efecto de albedo, reflejando el 90% de las
radiaciones que recibe, por lo que las capas polares
actúan como espejos evitando a la Tierra la
absorción de una gran cantidad de energía. Pero la
desaparición de estos no sólo presupone la
pérdida de estos espejos sino también la presencia
de agua en dichos lugares. El agua tiene un muy bajo efecto de
albedo, absorbiendo el 90% de las radiaciones. Todo esto supone
mayores temperaturas para el planeta y para las aguas
circundantes de las masas polares, lo que acelera el ritmo de
deshielo.

Sintetizando, las masas de hielo están
experimentando cambios importantes, aunque la importancia de los
distintos procesos varía entre las mismas. No están
ocurriendo las mismas cosas, ni con la misma rapidez, en
Antártida, Groenlandia o el Océano Glacial
Ártico, sin embargo, hay un hecho indiscutible, y es que
las masas de hielo han experimentado una gran disminución
durante las últimas décadas.

Suba del nivel del mar:

Los últimos informes del IPCC, basándose
en los registros costeros de múltiples estaciones,
concluyen que se habría elevado unos 18
centímetros
en el pasado siglo XX (entre 1,5 y 2
mm/año). La velocidad con que ahora aumenta el nivel del
mar es el doble que hace más de 150 años cuando la
actividad humana no producía gases de efecto invernadero.
El nivel de los océanos aumentaba 1 milímetro al
año entre hace 5000 y 200 años en el pasado. Pero
desde entonces el nivel aumenta en 2 milímetros por
año. El siguiente gráfico refleja esta realidad a
través del análisis que registraron los tres
satélites Topex durante el periodo 1994-2006, 12
años donde el crecimiento del océano a sido de
45mm.

 (10)

Esta subida del nivel global de los océanos es
causada por dos factores. El primero es la llegada al
océano de las aguas provenientes de fuentes tales
como hielo derretido de los glaciares y las capas polares entre
otros. La mayor parte de la subida del mar del siglo XX, unos 14
cm, habría sido debida al deshielo
continental.
La evidencia corriente sobre el
calentamiento global incluye la amplia retirada general de los
glaciares en 5 continentes. Por ejemplo:

– La capa de hielo del Pico Kilimanjaro puede
desaparecer completamente en 20 años. Cerca de una tercera
parte del hielo del Kilimanjaro ha desaparecido en los
últimos 12 años y el 82% se ha desvanecido desde
que fue puesto en mapas por primera
vez en 1912.

– El hielo marino del Océano Ártico se
está adelgazando.

– Masas impresionantes de hielo antártico se han
desplomado en el mar con una rapidez alarmante.

El segundo factor es la expansión termal del agua
de los océanos. A medida que la temperatura de las aguas
oceánicas aumenta y los mares se hacen menos densos, ellos
se expandirán, ocupando una mayor superficie del planeta.
Un aumento de la temperatura aceleraría la tasa de aumento
del nivel del mar. El calentamiento del agua
provocó un aumento de unos 4 cm. Esta subida de 4 cm ha
sido calculada a partir de las mediciones de temperatura del agua
del mar. Durante el período 1955-2003 se dedujo un
calentamiento global del océano de 0,04ºC.

Desde el final de la última edad de hielo, hace
18,000 años, el nivel del mar ha subido más de 120
metros. Los datos geológicos sugieren que los niveles
globales promedio del nivel del mar pueden haber subido a una
tasa promedio de 0.1 a 0.2 mm por año en los
últimos 3,000 años. Sin embargo, los datos de los
medidores de mareas indican que la tasa global de aumento del
nivel del mar durante el Siglo XX fue de 1 a 2 mm por año.
Hay varios ejemplos de estos cambios:

– A lo largo de costas relativamente llanas como las del
Atlántico, o a lo largo de costas que bordean los deltas
de ríos fértiles y altamente poblados, una subida
de 1 mm en el nivel del mar causa un retroceso de la costa de 1.5
metros. Ya estamos viendo el efecto del retroceso de las costas
en los EE.UU.

– En la pantanosa Costa del Golfo de la Florida, los
efectos del aumento del nivel del mar pueden ser observados en el
número de palmas reales muertas en los bordes de los
pantanos salobres que dan al mar.

– A lo largo de la costa Atlántica de los EE.UU.,
la erosión
está angostando las playas y destruyendo casas
vacacionales. A medida que el nivel del mar sube y las
comunidades costeras continúan creciendo y bombeando agua
de sus acuíferos, la intrusión de agua salada en
los depósitos subterráneos se convertirá en
un gran problema.

– Las naciones isleñas de baja altura en el
Pacífico se inundarán o verán sus
acuíferos de agua potable
invadidos por agua salada.

Tuvalu está formado por nueve atoles coralinos
entre Australia y Hawaii. Su punto más alto se encuentra a
5 metros (15 pies) sobre el nivel del mar. A medida que el nivel
del mar ha subido, Tuvalo ha experimentado la inundación
de sus áreas bajas. La intrusión de agua salada
está afectando sus aguas potables y la producción de alimentos. Los
líderes de Tuvalo han predicho que la nación
se verá sumergida en 50 años. En marzo del 2002, el
primer ministro del país le pidió a Australia y a
Nueva Zelanda que proveyeran hogares para su gente si su
país desapareciera bajo las aguas, pero la petición
de esta nación
ha sido ignorada.

Otras naciones isleñas amenazadas incluyen las
Islas Cook y las Islas Marshall. Durante la última
década, la isla Majuro (parte de las Islas Marshall) ha
perdido hasta un 20% de su costa playera.

Además de las naciones isleñas, los
países con costas bajas se ven amenazados por la subida
del nivel del mar. Una subida de 1 metro inundaría la
mitad de los campos de arroz de Bangladesh. Millones de
bangladeshis se verían obligados a emigrar. Otras tierras
bajas productoras de arroz incluyen áreas en Vietnam,
China, India y Tailandia. La subida del nivel del mar
crearía millones de refugiados climáticos en las
Filipinas, Indonesia y Egipto.

Redistribución de las
precipitaciones

Una modificación en la temperatura global altera
los patrones de corrientes marinas y vientos: Eventualmente esto
genera una redistribución de las precipitaciones y
sequías.

Las regiones de América del Norte, el norte
europeo, Australia, la Pampa argentina y la India han
experimentado un aumento en sus precipitaciones en los
últimos 30 años. Mientras que en Chile, China, el
desierto del Sahara, la península arábiga y el sur
de Europa las
precipitaciones se han reducido.

 (11)

Una mayor temperatura global implica mayor
evaporación de agua que produce mayores precipitaciones,
pero paradójicamente la tierra se vuelve más seca.
Esto se debe a que si bien genera mayores precipitaciones,
también evapora el agua de la capa superficial de tierra
secándola.

Cambios biológicos

Antes de la llegada de la edad industrial, la
concentración de CO2 en la atmósfera era
de 280 ppm (partes por millón). Hoy el nivel es de 380
ppm. Esto representa un aumento de cerca del 30% en menos de 200
años. Para la tierra, esto es una tasa de cambio sin
precedentes, aproximadamente 10,000 años de cambio
comprimido en 100 años. La tierra está acostumbrada
a cambios lentos, no rápidos. Los cambios lentos le dan
tiempo a la biosfera y a
las especies de adaptarse. Cambios rápidos pueden causar
un desorden biológico.

Existen varios ejemplos sobre el cambio registrado en
las últimas décadas en los ciclos
biológicos. Hace veinticinco años en Holanda la
llegada de las aves
migratorias se daba hacia el 25 de abril, y los polluelos
nacían el 3 de junio, justo cuando las orugas comenzaban a
salir y servían de alimento a las crías. Veinte
años después, las temperaturas más altas
hicieron que las orugas nacieran dos semanas antes; el nacimiento
de los polluelos se adelantó algunos días, pero no
los suficiente como para evitar que una gran porción de
ellos muriera de hambre.

En el Ártico se están comenzando a
registrar con frecuencia el ahogamiento de osos polares, que
nadan hasta 100km sin encontrar hielo alguno y acaban
pereciendo.

Muchas ciudades en EE.UU. fueron fundadas a altitudes a
las cuales por las bajas temperaturas que presentan los mosquitos
no podían acceder, pero temperaturas más altas
permiten que estos lleguen hasta dichas ciudades. Menos
días de heladas muchas veces no llegan a matar a las
plagas, lo que supone una proliferación en el transporte
de plagas.

Investigadores de la NASA informaron en 2003 que 1.700
especies de plantas, animales e
insectos han empezado a mover su hábitat
en dirección a los polos a razón de 6,4
kilómetros por década en los últimos 50
años. Este nivel de migraciones no va tan rápido
como el movimiento de
las zonas de temperatura que han estado avanzando hacia los polos
a 40 kilómetros por década entre los años
1975 y 2005. El ritmo de extinción de especies se ha
acelerado 1000 veces con respecto al histórico y en los
últimos 25 años surgieron 30 nuevas enfermedades humanas,
incluyendo nuevas formas de tuberculosis.

Todos estos ejemplos apuntan a una misma causa, el
aumento de la temperatura media global y su impacto sobre las
condiciones del medio y ciclos biológicos.

PROYECCIONES PARA EL 2100

Temperatura

Según las proyecciones, las regiones
interiores han de calentarse más rápidamente que
los océanos y las zonas costeras.
El motivo es
sencillamente la demora producida por el océano, que
impide que la superficie del mar se caliente tan
rápidamente como la tierra. La importancia de esta demora
depende de la profundidad a que penetra el calentamiento en los
océanos. En la mayor parte de los océanos, los
primeros cientos de metros de agua de la superficie no se mezclan
con las aguas más profundas. Estas capas superiores se
calentarán en unos pocos años, mientras que las
profundidades del océano permanecerán frías.
El agua se mezcla hacia abajo en las profundidades
oceánicas sólo en unas pocas regiones muy
frías como el Atlántico al sur de Groenlandia y el
Océano Austral cerca de la Antártida. En estas
regiones el calentamiento se verá demorado debido a que la
cantidad de agua que deberá calentarse para que la misma
temperatura cambie en la superficie será mayor.

Las temperaturas han ido aumentando de entre 0,6 ºC
en el pasado siglo. El aumento de temperaturas más elevado
fue entre 1910-1945 y luego de 1975 hasta la actualidad. De
acuerdo con las proyecciones de la IPCC la media global de
temperatura del aire será 3,5-5,5 ºC mayor para el
2100 si no se toma pasos adicionales para reducir las emisiones
de CO2 y otros gases invernadero, en un mundo
globalizado y rico (A1).

 (12)

Para comprender los escenarios IPCC hay que tener en
cuenta la siguiente clasificación:

A1: escenario de un mundo globalización, con énfasis en
riqueza humana. Globalizado, intensivo, guiado por las fuerzas
del mercado.

A2: escenario regionalización con énfasis
en riqueza humana. Regional, intensivo.
B1: mundo globalizado, con énfasis en sostenibilidad y
equidad.
Globalizado, extensivo con desarrollo
sostenible.

CCC: si las concentraciones de CO2 se mantuviesen
constantes a partir de este momento.

Aun si las emisiones actuales de gases invernadero paran
de repente la temperatura de la Tierra seguirá aumentando.
En consecuencia, la cantidad total de lluvia global aumentara. De
cualquier manera, existirán regiones que recibirán
menos lluvia antes y, anualmente el número de días
de lluvia intensa o temperaturas muy altas
aumentará.

El aumento de temperatura es posiblemente superior cerca
de las zonas polares. Es posible que el derretimiento del hielo
polar tenga como consecuencia que el Paso Noroeste sea posible
utilizarlo como vía de transporte comercial. Las
predicciones indican que para el 2090 el total del polo Norte se
habrá derretido.

También habrá mayores golpes de calor
durante el verano y menores periodos fríos en invierno.
Las estaciones sin hielo ni permafrost en latitudes del Norte se
afianzaran, pero además el aumento de las inundaciones de
invierno y las sequías de verano afectaran negativamente
el crecimiento de los cultivos.

Nivel del mar

Se prevé que el nivel medio del mar
aumente de 9 a 88 cm para 2100.
Con respecto al futuro
las predicciones del IPCC para el año 2100 refuerzan la
subida y calculan que para entonces habrá subido al orden
de los 50 cm (lo que supondría un ritmo medio de 5
mm/año) con una gran incertidumbre. Esta subida futura en
el transcurso del siglo XXI será alcanzable en su mayor
parte a la expansión térmica del agua (unos 30 cm)
y en menor medida al deshielo de los glaciares no polares (unos
20 cm) y del manto de Groenlandia (unos 10 cm). La
Antártida, por el contrario, en la que se encuentra el 85
% de todo el hielo terrestre, contribuiría más bien
a una bajada de unos 10 cm del nivel del mar ya que con el
calentamiento habría mayores precipitaciones de nieve y
una mayor acumulación en el manto de hielo austral. De
todas maneras este supuesto calentamiento de la Antártida
no se ha manifestado todavía.

A medida que el calentamiento penetra más
profundamente en los océanos y el hielo se sigue
derritiendo, el nivel del mar ha de continuar aumentando mucho
tiempo después de que las temperaturas de la superficie se
hayan estabilizado.

Las predicciones de la IPCC dicen que los niveles del
mar aumentaran unos 18 cm pare el 2040 y unos 48 cm pare el 2100
en el escenario rico globalizado.

 (13)

El aumento del nivel del mar puede parecer
pequeño, pero la mayoría de la población mundial vive en áreas que
serán afectadas por futuras inundaciones si estas
proyecciones son correctas, como las costas orientales de China e
India. Esto pondría en riesgo a millones
de seres humanos que habitan no sólo poblados y ciudades
pequeñas, sino también grandes urbes, como es el
caso de Nueva York, Tokio, Calcuta, Hong Kong, entre otras. El
número de refugiados ambientales aumentará de unos
actuales 40 millones a casi 250 millones si el nivel del mar
aumenta 40cm.

El consejero del ex primer ministro británico
Tony Blair aseguró que de derretirse la mitad de
Groenlandia y la mitad del lado occidental de la Antártida
el nivel del mar subirá 12 metros inundando: 30% de la
península de Florida; 50% de la costa de san Francisco;
los Países Bajos; Beijing y Shangai (China), donde habitan
40 millones de personas; Maniatan; Calcuta en los campos bajos de
Bangladesh (India), donde habitan 60 millones de personas; entre
otras regiones.

Concentración del dióxido de
carbono

Los modelos del ciclo del carbono proyectan para el
año 2100 concentraciones de dióxido de carbono de
490 a 1260 partes por millón. Los científicos
afirman que el mundo debe rebajar sus emisiones de gases
causantes del calentamiento global entre un 50% y un 70%
sólo para estabilizar el actual nivel de gases de la
atmósfera.

Las predicciones realizadas a través de los
modelos climáticos de la IPCC muestran las concentraciones
de  CO2, y consecuentemente los niveles de
temperatura y nivel del mar continuarán subiendo mucho
después de que se produzca un receso de
emisiones.

 (14)

Este cambio climático afecta cualquier aspecto
medioambiental como la calidad del aire,
la calidad del agua, la desertificación, biodiversidad,
forestación y perdida del ozono
estratosférico.

Otras consecuencias del calentamiento
global

– Incremento de las precipitaciones a nivel planetario,
pero lloverá menos días y más
torrencialmente.

– Derretimiento del hielo polar y expansión
oceánica. Esto tiene como resultado inundaciones de
áreas costeras, pantanos, zonas húmedas y deltas de
ríos. Algunas islas pequeñas pueden incluso
desaparecer completamente debido a las inundaciones.

– Aumento del número y severidad de tormentas
tropicales y ciclones

– Inundación y erosión de cultivos
agrícolas. Esto daña los cultivos y el suelo y
disminuye la cosecha.

– Cambios en ecosistemas y degradación de la
biodiversidad.

– Evaporación de suministros de agua, causando
escasez de agua
potable.
– Penetración de agua salada en las aguas
subterráneas.

– Climas más extremos, causando veranos
más calientes y más secos e inviernos más
fríos
– Enfermedades más contagiosas debido a que el ambiente es
más propicio para patógenos y algunos insectos
peligrosos, como el mosquito de la malaria.

– Pérdida de capacidad productiva agrícola
en grandes zonas de Asia y
África, que están densamente pobladas.

– Desplazamiento de las especies hacia altitudes o
latitudes más frías, buscando los climas a los que
están habituados. Aquellas especies que no sean capaces de
adaptarse ni desplazarse se extinguirán.

– Alteración de la corriente del golfo
fría y caliente debido al Océano Atlántico,
posiblemente causando una Nueva edad del hielo en Europa. Este es
un punto controvertido pero posible. Ocurre que el clima de la
Tierra es como un gran motor que distribuye el calor a
través del viento y de las corrientes marinas desde el
Ecuador hacia
los polos. La corriente del Golfo trae agua caliente desde el
Ecuador que provee de vapor de agua y nubes a Europa occidental;
esta corriente de agua cálida superficial se
enfría, volviendo al agua más densa, por lo cual
esta desciende y vuelve en una corriente contraria hacia el sur.
El sistema permite que el lado occidental de Europa goce de un
clima templado.

Luego de la última edad glaciar hace unos 18.000
años, un gran bloque de hielo situado sobre lo que hoy es
Canadá y el norte de EE.UU. comenzó a derretirse y
liberó toda su agua dulce y fresca al Océano
Atlántico Norte a través del río Saint
Lawrence. Esta agua se diluyó con el agua cálida de
la corriente del Golfo, haciendo que esta última pierda su
temperatura, mientras que el agua fría de las
profundidades comenzó también a perder su
concentración salina que la volvía más densa
en comparación con el agua superficial. El resultado de
todo esto fue que el flujo de intercambio de la corriente del
Golfo se frenó sumergiendo a Europa en una edad glaciar
que duró 900-1000 años.

Se cree que este cambio se produjo en menos de 10
años, lo que supone que cambios de esta magnitud pueden
manifestarse de repente. Actualmente ese gran bloque de hielo de
América del Norte no existe, pero si está
Groenlandia, cuyo derretimiento de hielo continúa y
podría causar un efecto similar.

POSTURA ESCÉPTICA

Hay poca duda de que la concentración de
CO2 en el aire ha aumentado significativamente desde
el comienzo de la revolución industrial y hay pocos que no
atribuyan este incremento al creciente uso de combustibles
fósiles por parte de los seres humanos. También hay
poca duda de que la Tierra se ha calentado ligeramente en el
mismo periodo, pero para los escépticos del cambio
climático y sus consecuencias no hay ninguna razón
convincente para creer que el aumento de temperatura haya sido
causado por el aumento de CO2 y es improbable que los
futuros incrementos en el contenido de CO2 en el aire
vayan a producir un calentamiento global.

En contra de la actual creencia popular que casi nadie
se atreve a criticar, la temperatura global no parece estar
aumentando de forma apreciable como consecuencia de las emisiones
de CO2 que resultan de la utilización de
combustibles fósiles como el
petróleo, el carbón y el gas natural. No hay
evidencia científica firme de que vaya a ocurrir un
calentamiento significativo como resultado de la actividad
humana, y de todos modos las consecuencias de un calentamiento
moderado serían básicamente positivas. La base
científica del calentamiento global es demasiado
débil como para tomar medidas políticas
coactivas drásticas, enormemente costosas y de dudosos
beneficios. El racionamiento energético (asignación
política
de recursos) y los
impuestos
sobre la energía (confiscación y
redistribución de riqueza) causarían graves
perjuicios económicos y empobrecimiento generalizado,
especialmente a los pobres y a los países menos
desarrollados: menos uso de energía, menos transporte,
menos actividad industrial, menos calefacción, menos aire
acondicionado.

Los ciudadanos reciben indicaciones de que la evidencia
científica es definitiva, indiscutible, concluyente e
indudable, cuando en realidad los expertos científicos
muestran fuertes desacuerdos y escepticismos acerca de la
evidencia, tanto teórica como observacional. Muchas
personas están en favor de actuaciones políticas
sobre el presunto problema del cambio climático. Algunas
pueden estar sinceramente preocupadas pero mal informadas, y la
mayoría simplemente acepta de forma acrítica lo que
aparece en los medios de comunicación.

1. Una correlación débil a corto
plazo entre el
CO2 y la
temperatura no prueba nada sobre la causación.

Quienes proponen la idea de que el incremento de contenido de
CO2 en el aire conduce al calentamiento global
señalan a la débil correlación que se dio en
el siglo pasado entre la concentración de CO2
atmosférico y la temperatura global del aire como prueba
de su argumento. Sin embargo, habitualmente restan importancia al
hecho de que correlación no implica
causación y a que 100 años no es tiempo
suficiente para establecer la validez de dicha relación
respecto a la historia de la temperatura de la Tierra.

La observación de que dos cosas han crecido
juntas durante un periodo de tiempo no dice nada sobre que una
sea la causa de la otra. Para establecer una relación
causal se debe demostrar que la causa precede al efecto.
Además, se debería poder demostrar esta
relación en varios ciclos de incrementos y disminuciones
para ambos parámetros. E incluso si se cumplen
estos criterios, como en el caso de las relaciones sol / clima,
muchas personas no están dispuestas a reconocer que las
variaciones en la causa realmente producen las variaciones
análogas observadas en el efecto.

Al considerar así las siete mayores transiciones
de temperatura en el pasado medio millón de años:
tres terminaciones glaciares y cuatro comienzos glaciares, se
evidencia de que los incrementos y las disminuciones en la
concentración de CO2 atmosférico no solo
no precedieron a los cambios de temperatura del aire, sino que
vinieron de cientos a miles de años
después.
También ha habido largos periodos de
tiempo durante los cuales el CO2 atmosférico
permaneció sin cambios mientras la temperatura del aire
descendía, al igual que ha habido periodos durante los
cuales descendía el contenido de CO2 mientras
la temperatura del aire permanecía sin cambios o
ciertamente subía. Por lo tanto, la historia
climática del pasado medio millón de años no
proporciona ninguna evidencia en absoluto para sugerir que el
actual incremento de la concentración de CO2 en
el aire vaya a conducir a un calentamiento global
significativo.

2. La interferencia antropogénica con el
sistema climático y sus efectos de calentamiento global no
se conocen bien
. Los seres humanos influyen sobre el clima
con la agricultura, la actividad industrial y las ciudades. El
incremento de población está cambiando las
relaciones entre áreas de cultivo y bosques, lo cual
altera el albedo o coeficiente de reflexión de la
superficie terrestre. La construcción de presas, con la consiguiente
disminución del flujo de agua dulce al mar, aumenta la
salinidad de los mares y altera la circulación de las
corrientes marinas.

Se cree que entre las influencias humanas están
la suavización de las temperaturas extremas, el
enfriamiento de la estratosfera y la disminución de la
frecuencia de los huracanes. No se sabe cuál es el nivel
adecuado o peligroso de gases de efecto invernadero, y por lo
tanto resulta absurdo intentar estabilizar o reducir un nivel
dado de los mismos: cualquier objetivo es
arbitrario y no tiene base científica.

3. Las fuertes retroalimentaciones
climáticas negativas impiden un calentamiento
catastrófico.
Las retroalimentaciones negativas
fuertes representan papeles importantes en el sistema
climático de la Tierra. Si no lo hicieran, no
existiría vida en el planeta, pues alguna
perturbación habría llevado el alocado viaje del
mundo a un estado de frío cósmico o de calor
horrendo, y sabemos por el registro fósil que ninguno de
estos extremos ha ocurrido jamás, incluso en miles de
millones de años, y a pesar de un gran incremento en la
luminosidad solar a través del tiempo
geológico.

Considérese a este respecto el vapor de agua que
se añadiría a la atmósfera por la mayor
evaporación en un mundo más cálido. Es muy
probable que la humedad extra condujera a la producción de
más nubes y con más contenido de agua, y ambas
consecuencias tenderían a enfriar el planeta al reflejar
más radiación solar de vuelta al
espacio.

Un mundo más cálido también
significaría un océano más cálido, lo
que muy probablemente conduciría a un incremento en la
productividad
de las algas marinas o fitoplancton. Este fenómeno, a su
vez, incrementaría la producción biótica de
ciertas sustancias sulfúreas que se diseminan en el aire,
donde se oxidan y se convierten en partículas que
funcionan como núcleos de condensación de nubes.
Así, el resultante incremento del número de
partículas formadoras de nubes produciría
más gotitas de nube y menores, que reflejarían una
mayor cantidad de radiación solar entrante, y este
fenómeno también tendería a enfriar el
planeta.

Todos estos efectos enfriadores relacionados con las
nubes e inducidos por el calentamiento son muy poderosos. Por
ejemplo, se ha demostrado que el calentamiento predicho como
resultado de la duplicación de contenido de CO2
en el aire podría ser totalmente contrarrestado
por:

– un incremento del 1% en la reflectividad del
planeta,

– un incremento del 10% en la cantidad mundial de nubes
de bajo nivel,

– una reducción del 15 al 20% en el radio medio de
las gotitas de las nubes estáticas de la Tierra

– un incremento del 20 al 25% en el contenido de agua
líquida de las nubes.

Además se ha demostrado que la producción
de nubes de alto nivel sobre los océanos ecuatoriales
inducida por el calentamiento anula prácticamente el
poderoso efecto invernadero del vapor de agua de esa
región, la cual es responsable de gran parte de la subida
de temperatura en el escenario de calentamiento global inducido
por el CO2.

La mayoría de estas importantes
retroalimentaciones negativas no se encuentran adecuadamente
representadas en los actuales modelos climáticos. Lo que
es más, muchos fenómenos relacionados se ponen en
marcha cuando aparece el calentamiento global. Por ejemplo, en
respuesta a la subida de temperatura entre la latitud 25º
norte y el ecuador, se multiplica el flujo tierra-aire de varios
gases sulfúreos por un factor 25 como consecuencia de los
incrementos de actividad microbiana en el suelo inducidos por el
calentamiento, y este fenómeno puede conducir a la
producción de más núcleos de
condensación de nubes al igual que ocurre con los procesos
biológicos sobre el mar. Por lo tanto, resulta que
cualquier número de combinaciones de estas varias
retroalimentaciones negativas podría impedir el impulso
del calentamiento facilitado por futuros incrementos en el
contenido de CO2 en el aire.

4. Los niveles elevados de
CO2 atmosférico son
benéficos para la biosfera.
Del efecto de
fertilización aérea por el enriquecimiento de
CO2 atmosférico derivan varios beneficios: un
crecimiento
vegetal mejorado, una eficiencia
mejorada del uso del agua por las plantas, una mayor
producción de comida para los seres humanos y los
animales, además de un gran número de otros
beneficios biológicos demasiado numerosos para ser
descritos en esta breve declaración.

Y estos beneficios no son predicciones, son reales. De
hecho, ya son evidentes en los registros de largo plazo de los
anillos de los árboles, que revelan una historia de tasas
de crecimiento de masa forestal crecientes con una
progresión muy paralela a la revolución industrial.
También se pueden ver en la propagación de plantas
leñosas en áreas donde antes solo crecían
hierbas.

La atmósfera da testimonio del incremento de
valor de toda la biosfera en la amplitud anual de su ciclo
estacional de CO2 que se encuentra en
expansión. Se ha documentado que esta «respiración de la biosfera»
oscilatoria: su inhalación de CO2, producida
por el crecimiento de las plantas terrestres en la primavera y el
verano, y su exhalación de CO2, producida por
la descomposición de biomasa en el otoño y el
invierno, ha estado creciendo más cada año en
respuesta al constante aumento de estimulación y
crecimiento producido por el actual incremento del contenido de
CO2 en el aire.

5. Un calentamiento global moderado tiene efectos
positivos.
En general el calentamiento es mejor que el
enfriamiento. El calentamiento y el incremento del CO2
atmosférico son mejores para la agricultura (menos
heladas, épocas de cultivo más largas, mayor
crecimiento de las plantas, más lluvias, menor necesidad
de agua), para el crecimiento de los bosques, disminuye los
extremos climáticos, permite ahorros energéticos en
calefacción y es mejor para la salud: los periodos
fríos en la historia de la humanidad son desastrosos por
las hambrunas y las enfermedades.

6. Los efectos de crecimiento mejorado
del
CO2 crean un impulso de
enfriamiento.
El dióxido de carbono es un
poderoso fertilizante aéreo que mejora directamente el
crecimiento de casi todas las plantas terrestres y de muchas
acuáticas a medida que aumenta su concentración
atmosférica. Y al igual que una mayor productividad de las
algas marinas incrementa la emisión de gases
sulfúreos a la atmósfera, lo que finalmente produce
más nubes y más brillantes sobre los océanos
del mundo, los aumentos en la productividad de las plantas
terrestres inducidos por el CO2 conducen a mayores
emisiones de gases sulfúreos sobre la tierra, que de la
misma manera terminarán enfriando el planeta.
Además, muchos materiales
biogénicos no sulfúreos del entorno terrestre
representan papeles importantes, como los aerosoles que crean
núcleos de agua e hielo, y la presencia aerotransportada
de estos materiales también mejoraría con el
incremento de los niveles de CO2 atmosférico.
Por lo tanto, es posible que la incorporación este efecto
de enfriamiento multifacético inducido por el
CO2 en el conjunto de ecuaciones que
comprenden la generación actual de modelos
climáticos globales en realidad podría inclinar las
escalas climáticas a favor del enfriamiento
global a causa del continuo crecimiento de emisiones de
CO2 antropogénicas.

7. El calentamiento global contribuye a la
expansión de insectos portadores de enfermedades
infecciosas.
En realidad el factor dominante de la
transmisión de enfermedades es el aumento de los contactos
humanos causado por el incremento del transporte aéreo,
marítimo y terrestre. Las epidemias de malaria y fiebre amarilla
han ocurrido en zonas frías, y no ocurren en algunas zonas
ricas tropicales.

El peligro real para la humanidad es la posibilidad,
señalada por los geólogos, de una próxima
edad de hielo. El periodo cálido interglacial actual puede
terminar pronto y el efecto invernadero podría suavizar
esta amenaza.

Los problemas
medioambientales pueden resolverse mediante el conocimiento
científico, el avance tecnológico y el
desarrollo económico. El mercado libre fomenta la
eficiencia de los medios de transporte y plantas de
energía, y la correcta asignación y defensa de
derechos
éticos de propiedad impide las agresiones
contaminantes.

8. El aumento del nivel del mar debido al
calentamiento global
es una falacia muy extendida. El
nivel del mar lleva varios siglos ascendiendo levemente: no se
sabe por qué (tal vez por movimientos tectónicos
que reconfiguran los fondos oceánicos), pero no es por
cambios climáticos o por influencias humanas. El aumento
de la temperatura produce varios efectos contrarios sobre el
nivel del mar, y el resultado neto no es claro: por un lado, el
nivel del mar tiende a aumentar debido a la dilatación del
agua causada por el aumento de su temperatura, y a la
recepción de agua procedente de la fusión
parcial del hielo de glaciares y casquetes polares; por otro
lado, el nivel del mar tiende a disminuir por el aumento de la
evaporación seguido de más lluvias sobre las
regiones polares que aumentan la acumulación de hielo en
las mismas. Los datos históricos recientes muestran que al
aumentar la temperatura baja el nivel del mar.

El avance y retroceso de los glaciares es un
fenómeno complejo que no sólo tiene que ver con los
cambios climáticos. Muchos glaciares se derritieron
parcialmente y retrocedieron a comienzos del siglo XX, pero no se
puede extrapolar una media del siglo pasado al futuro.

Podemos ver que el nivel realmente ha estado
aumentando desde 1850 hasta 1930-40. Y el ascenso estaba en el
ritmo de 1 milímetro por años. Eso terminó
en 1940, y no hubo ningún ascenso del nivel hasta
1970.

La medición de las mareas es un asunto muy
complicado, porque da diferentes mediciones de acuerdo al lugar
en el mundo en donde se miden. Los geólogos saben que Hong
Kong es un área en hundimiento por la compactación
de sedimentos, y es el único registro que no
debería ser usado. El IPCC (Panel Internacional del Cambio
Climático) eligió a Hong Kong para medir el nivel
del mar, que da un ascenso de 2,3 milímetros anuales. Si
esa cifra es correcta, entonces Holanda no se estaría
hundiendo, estaría ascendiendo.

Si uno mira el registro de 300 años, en el
Siglo XX el nivel del mar estaba subiendo y bajando. En 1970, uno
debería ver una aceleración, pero en vez de ello,
la subida del nivel casi se terminó.

9. El presunto consenso científico sobre el
cambio climático es falso
. De todos modos el
conocimiento científico no depende de votaciones
democráticas u opiniones mayoritarias. Buena parte de la
comunidad
científica se opone a la actuación precipitada e
ignorante de los burócratas internacionales para combatir
un problema inexistente. Los mismos presuntos expertos,
obsesionados con la toma de conciencia de la
sociedad, hace
años hablaban de los riesgos de un
enfriamiento global inminente: disminución de la
productividad agrícola, hambrunas, muerte,
violencia,
anarquía.

La ciencia es
frecuentemente distorsionada para promover agendas
políticas. Los informes gubernamentales sobre este tema
son documentos
políticos que presentan las opiniones de
científicos del clima combinados con científicos no
expertos en física
atmosférica, economistas, expertos en política,
burócratas, especialistas en relaciones
públicas, y representantes de países con poco
nivel científico. Informes del Panel Intergubernamental
sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas
fueron manipulados de forma clandestina para distorsionar los
testimonios de los asesores científicos, de modo que la
versión oficial fuera conforme a los intereses de los
políticos.

Los institutos científicos oficiales,
dependientes de los subsidios recibidos de sus respectivos
gobiernos, son curiosamente los que apoyan las tesis que
interesan a los políticos. Requiere valor para un
científico oponerse a las versiones oficiales y arriesgar
las becas o subsidios que pueda recibir. Los científicos
que no dependen de ayudas estatales pueden ser más
independientes.

10. La adaptación histórica
humana

La historia del clima terrestre muestra muchos cambios
climáticos naturales grandes y rápidos, reflejados
en los hielos polares, en los núcleos de sedimentos
oceánicos y en los anillos de los árboles. En los
últimos 2 millones de años ha habido unas 17 Edades
de Hielo.

El clima cambia constantemente y los seres humanos son
capaces de adaptarse. Ahora hace más frío que hace
1000 años, durante los períodos templados de la
Edad Media,
cuando se podía cultivar vino en las islas
británicas y los vikingos colonizaron Groenlandia (la
Tierra Verde). Entre 1450 y 1850 se produjo la Pequeña
Edad de Hielo. Hubo un claro calentamiento de origen natural
entre 1880 y 1940 (antes de que aumentaran notablemente las
emisiones de CO2). Aparte de un enfriamiento global
entre 1940 y 1975, que llevó a temer un enfriamiento
global y una nueva edad de hielo, no ha habido un cambio
apreciable en los últimos 50 años (salvo un ligero
enfriamiento en los últimos veinte años), en contra
de las predicciones de los modelos informáticos. Se ha
informado erróneamente y de modo sensacionalista la
aparición de lagunas en el Polo Norte como pruebas del
calentamiento global.

CONCLUSIÓN

En un principio creíamos en una "naturaleza
benigna", esto significa que la naturaleza es un sistema robusto
que responde bien a los desordenes causados por el hombre siempre
volviendo de nuevo a su estado natural. Pero desde hace tiempo
advertimos una "naturaleza perversa / tolerante", lo que
significa básicamente que la naturaleza puede tolerar
desordenes hasta cierto punto. Si los desordenes son
pequeños, la naturaleza volverá a su equilibrio.
Grandes desordenes suponen una amenaza al funcionamiento de la
naturaleza.

El clima definitivamente está cambiando, el
aumento de la concentración de CO2
atmosférico durante los últimos dos siglos de
industrialización presenta actualmente sus consecuencias;
las temperaturas y el nivel de los océanos indican un
aumento, los casquetes polares se derriten y los ecosistemas dan
indicios de adaptaciones a las nuevas condiciones.

La controversia nace de cara hacia el futuro, en
cómo responderá el clima frente a estos cambios, y
si la magnitud de los sucesos aumentará afectando
poblaciones, sociedades,
sistemas de
producción, economías y ecosistemas; o si el
complejo sistema climático amortiguará los cambios
y reducirá las consecuencias. Las teorías y
explicaciones se abren hacia los dos caminos, pero más
allá de estas se erige el factor más determinante,
concreto y predictivo que es la realidad presente. Esta refleja
cambios considerables en la Tierra con tan sólo seis
décimas de grados centígrados de aumento de la
temperatura en los últimos 120 años, y habla de que
a medida que se presenten temperaturas más altas la
envergadura de las alteraciones será mayor, potenciando a
su vez las causas del aumento de la temperatura en un sistema
sinérgico. Por mínimos que sean los cambios
afectarán los patrones climáticos como las
corrientes marinas y los vientos, reubicando las precipitaciones
y las zonas cultivables, lo que seguramente afectará a las
poblaciones ya asentadas con relación a estas
áreas.

Hasta el momento no se ha tomado ninguna medida concreta
para detener el calentamiento global. El protocolo de Kioto,
emblema entre los tratados
internacionales para intenta frenar los efectos del calentamiento
global, ni siquiera es apoyado por las grandes potencias emisoras
de gases de efecto invernadero como EE.UU., China, India,
Australia, Rusia, entre otras. Además, su objetivo de
reducción de 5,2% de las emisiones de gases de efecto
invernadero es deficiente frente a la afirmación de los
científicos de que hay que reducir entre un 50-70% las
emisiones de CO2 para mantener la concentración
en la atmósfera estable.

Muchos proponen medidas para lograr un mejor desempeño en los procesos de
obtención y utilización de la energía, o
utilizar fuentes de energía alternativas no contaminantes,
impulsadas por campañas de educación,
información, e incentivos y
desincentivos económicos. Pero la realidad es que no
existe un remedio inmediato al problema, y las consecuencias son
inevitables. Sólo se puede reducir la magnitud de estas y
prepararnos frente a los potenciales cambios.

No hay mejor frase que refleje nuestra situación
actual frente al futuro respecto del cambio climático que
la pronunciada por Winston Churchill en la década de 1930,
cuando hubo una gran tormenta que azotó Europa y este
apercibió a lo británicos que debían
prepararse para sucesos similares debido a que el clima iba a
cambiar, y cuando nadie le creyó dijo: "La época de
dilatarse, de medidas parciales, de recursos calmantes e
inesperados, de retrasos, está terminando. En su lugar
estamos entrando en un periodo de consecuencias".

BIBLIOGRAFÍA

– GORE, Albert; "An Inconvenient Truth". 27 de octubre
de 2006

– "Máxima velocidad de aumento del nivel del mar
en 150 años". www.neofronteras.com, 28 de diciembre de
2005.

– "Efecto invernadero".
www.monografías.com

http://www.ipcc.ch/present/graphics.htm

– www.climatecrisis.net


http://www.grida.no/climate/ipcc/emission/015.htm

– http://www.co2science.org

– "Causas y efectos de los cambios climáticos".
www.monografías.com

– "Contaminación atmosférica".
www.monografías.com

– "Cambio climático". Wikipedia


http://www.mitosyfraudes.org/Calen7/MornerEstudio.html

– www.liberalismo.org 


http://www.ocean.fsu.edu/faculty/chanton/chanton.html

 

Autor

Gorrini, Federico Alberto

Fecha de nacimiento: 06 de diciembre de 1989

Residencia: Coronel Suárez (pcia. Buenos Aires,
República Argentina).

Antecedentes: curso el último año de
Técnico en Industrias de
Proceso, en la Escuela de
Educación Técnica Nº 1 de Coronel
Suárez

Trabajo

País: Argentina

Ciudad: Coronel Suárez (pcia. Buenos
Aires)

Fecha: 16 de julio de 2007

Partes: 1, 2
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